sábado, 6 de octubre de 2012

Times are a-changin'

Es la primera vez que salgo a la calle en manga corta :D
Hay que tener en cuenta que voy vestido con ropa oscura, y que son las 13:17, tampoco hay que creerse que esto sea de repente el idilio cuasi-sevillano; pero el caso es que he salido en manga corta y he sobrevivido. Dudo que pueda volver a pasar en cosa de 6 meses, pero soy feliz con haberlo podido hacer al menos hoy.

Son mis últimos días en el albergue (Generator Hostel para el interesado, muy recomendado) porque, por fin, encontré piso. Algo más caro y más grande de lo que buscaba, aunque muy cerca de mi facultad, no puedo mudarme hasta el martes (¿quizá el lunes?) así que todavía estoy coleando por estos lares. Aunque esté muy cómodo aquí después de semanas, tengo unas ganas locas de mudarme por fin a un cuarto que pueda considerar mío.

Lo encontré, sospecho, debido al influjo de optimismo que me traje de mi escapada a Francia. Todo mi mal humor se redimió en cuanto volví a ver a una persona que echaba mucho de menos, y eso que el viaje de ida, accidentado cuanto menos, no ayudaba a curar los ánimos. Mi estancia en Francia fue perfecta, volví flotando de felicidad, y creo que sin esa adición de energías positivas no hubiera encontrado piso tan pronto a la vuelta. Bueno, y con la ayuda de Elia, la otra chica que vino de Sevilla, hay que reconocerlo - fue ella la que me recomendó que fuera al mismo bloque que ella al ver que llevaba tanto tiempo mendigando.

El caso, en resumen, es que estoy bien y contento, preparado para tener, por fin, una vida Erasmus corriente sin preocupaciones princnipales en la mente que me impidan hacer cualquier otra actividad tranquilo. Por si fuera poco, quedan 20 días para mi próximo influjo de optimismo... y encima voy a ver a Jack White y a Muse, dos de mis mitos musicales, en el O2 de Dublín muy, muy pronto. Qué pasada.

¡Feliz fin de semana a todos!

PS: Le dedico la entrada a Elia que me salvó el pellejo, a mi padre que ha pagado la entrada del piso, a mi madre que anda chunguilla y a mi curandera de espíritu.

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