sábado, 10 de noviembre de 2012

Flashforward


  • ¡Hey! Esto no encaja cronológicamente.
    Debería hablar de las semanas que he pasado tan feliz por Dublín, de los motivos, de Halloween, de Jack White & Muse...
    Tengo que ser breve porque es tarde: TODO BUENO xD
    Hoy quiero hablar de otra cosa. A fin de cuentas, soy yo quien rige este blog y quien inventa sus normas. Por tanto, declaro que el orden cronológico no es exigido, y que no hablaré en orden de importancia. Hablaré en el sagrado orden de lo que me salga del peritoneo.
    Hoy he tenido otra fiesta en casa (parece que solo hablo de eso), esta vez menos multitudinaria, pero de nuevo organizada por mi acompañante de piso, reciente malagueña que se ha añadido a las filas del apartamento 302. ¿Por qué me ha tocado otra persona de Málaga y no un irlandés o sucedáneo para que aprenda inglés del cotidiano? A mí no me pregunten, oiga, yo no soy quien escribió el guión. Quien debe estar bastante enfermo.
    La fiesta ha estado muy bien, aunque quizás he comido demasiado. Me he acostumbrado a comer poco, comparado con mi ritmo sevillano, y el sopetón que me he marcado hoy se ha hecho notar en forma de dolor de barriga. Por fortuna me recuperé justo a tiempo para salir a algún local (especial de música latina, prometían los invitados hispanohablantes) y borré toda pereza o queja circunstancial de mi cerebro para no dejar de socializar otra vez.
    Inciso: volvemos a lo mismo. Borrachos, babosos y picaronas disfrazas de reinas del hielo. ¡Jara, si lees esto que sepas que no va por ti! De nuevo termino la fiesta en mi casa con la sensación de que nadie es fiel ni honra a cualquier principio respetuoso con la pareja. ¿Qué coño pasa? ¿No existe nadie íntegro - fuera de Corea del Sur? (He conocido a un puñado de coreanas y son todo amor, las muy adorables son la muestra de que hay fe en la raza humana, pero quizás no en los europeos) Realmente no tengo problema con que la gente se emborrache, como si yo no lo hubiera hecho nunca, mi problema como ya conté en la entrada anterior es decepcionarme con la imagen de los que ahora llamo sluts & dribblers. Figuras que, lamentablemente, se dibujan demasiado en Erasmus y otros estudiantes internacionales. De todas formas aún hay esperanza porque me sé de personas que no fallan al respecto - no quiero que piensen por la entrada anterior que no les tengo en cuenta, y son muy cercanas.
    El caso, no he escrito esto para dar la tabarra de nuevo con lo mismo. Al final me he venido antes que el resto porque el sitio al que fuimos no era un local de música latina, sino un local de música levemente latina. Yo iba a ver gente bailar merengue y bachata en plan pro, como prometía la velada, y no a bailar "A ella le gusta la gasolina" en mis carnes.
    Se ve que es el único (o casi el único) sitio cerca del centro de Dublín donde ponen música así, así que se llena de latinoamericanos. Encima hemos tenido un pequeño episodio porque un árabe de nuestra comitiva, que iba bien beodo, le tocó un hombro a una chica y le dijo que iba muy guapa, a lo que esta contestó con un empujón y fue directamente a buscar al segurata y a pedirle que lo echara.
    Y, chico, las mujeres están MUY subidas por aquí. Muy subidas.
    Eran las dos únicas irlandesas, muy rubias, del local, probablemente no acostumbradas al "ritual" de las discotecas de los hispanohablantes ni a la poca proximidad en el baile latino. Mirando con asco a todo el que se le acercara, especialmente a los de nuestro grupo, y montando la que montó con nosotros, no se han ganado mi admiración precisamente. La estampa de dos seguratas, las dos chicas y unos cuantos de nuestros chicos discutiendo en mitad de la discoteca para ver quién llevaba razón no era lo que esperaba ver esta noche.
    Lógicamente, a los encargados de un pub les resulta más fácil echar a un árabe gordito que a dos rubias vestidas con ropa cara y maquilladas. Finalmente no hubo que echar a nadie, pero nos tuvimos que ir a otra esquina de la discoteca donde estuviéramos lejos y la señorita se sintiera a salvo de tan tremendo criminal. Todo para que a los 5 minutos las chicas se fueran del local y nosotros volviéramos a nuestra zona.
    Hay que decir que esta noche me lo he pasado realmente bien, con gente nueva que me divierte entre su inglés malhablado, la mezcla entre poca vergüenza e ignorancia (hay que reconocerlo :P), su desparpajo y amabilidad conmigo y las relaciones que se montan entre ellos, pero la discoteca ha sido un rollo. Encima teniendo que pagar. Por lo menos con la entrada iba una consumición y eran "solamente" 5 €, sobradamente barato comparado con sitios así en Sevilla, pero es que precisamente sitios así son de los que he venido huyendo. Yo no quiero estos planes en Dublín. Si lo he hecho hoy, ha sido por hacer amistad y por que sea una vez.

  • Precisamente venía pensando en el camino de vuelta a casa... Si no quiero estos planes, ¿cuáles quiero? Y lo cierto es que no soy capaz de darme una respuesta a mí mismo instantáneamente. Incluso no sabría bien qué contestar cuando me preguntaran qué es lo que más me gusta de Dublín.
    Lo mejor, pensé, sería plasmarlo en el blog. Eso ayuda, y la almohada también. ¡Buenas noches!

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