miércoles, 21 de noviembre de 2012

Return to normalcy

He de reconocer que me he ido forjando una rutina. Llevo dos meses ya en Dublín, tiempo más que suficiente para hacerlo. Pero, no estoy seguro de por qué, no tenía la sensación de estar sumergido en mi facultad y en la ciudad hasta últimamente, quizá por lo mucho que me he movido en estos dos meses.

Estoy esperando ahora mismo a que se termine el potaje de alubias que estoy haciendo, lo cual es un símbolo de que la cocina la tengo ya relativamente dominada. Creo que no me cuelo en soberbia al decir que me sostengo a base de algo más que cocina de supervivencia Erasmus. Lo que no tengo controlado es el horario de comidas (y también en parte el de sueño); tanto criticar a los jóvenes de aquí que se pasan el día comiendo pequeños piscolabis en todos los descansos a cada hora, y al final voy a ser yo también el que acabe comiendo a las 12 o a las 16.30 o cenando dos veces...

El mes de diciembre ya está muy cerca. En menos de un mes volveré a Sevilla para pasar la navidad con mi familia y amigos, no sin antes hacer un test de una de las clases prácticas que tengo. Me inspira bastante... respeto, así que más me vale currármelo de aquí a entonces. Además los demás Erasmus y yo estamos viviendo en la angustia al no saber aún las fechas exactas de nuestros exámenes, que serán a la vuelta de las vacaciones de navidad (ya el día 7 de enero podría tener uno). Mi facultad anfitriona, el DIT, mejora a la de Sevilla en muchísimos sentidos, pero si hay algo que valoro y añoro de la ESI es la rapidez y la previsión con la que se ponían las fechas - por ejemplo puedo saber cuándo puedo presentarme a mis asignaturas pendientes dentro de 10 descarados meses. Aunque el que el departamento mueva el culo y te diga la hora y el sitio ya es otra cosa, pero por lo menos puedes hacer planes con el calendario delante.

En otro orden de cosas, ayer, aprovechando que hacía una tarde de sol, uno de los coordinadores Erasmus de aquí, que se va unos días a Sevilla y aprovechará para dar una conferencia en la ESI para atraer a futur@s ingenierit@s, nos grabó a la otra sevillana de Erasmus y a mí haciendo relativamente el ridículo paseando por la facultad de aquí y hablando de lo maravilloso que sería que vinieran más sevillanos en el futuro. No sé cuándo saldrá a la luz ese vídeo (con suerte no en Youtube sino en los ámbitos de la ESI únicamente) pero me da miedo volver a Sevilla y ser "famoso", porque estábamos bastante nerviosos y dijimos muchas sandeces que Robert, el coordinador, no entendía al no saber español. Él solo asentía, sonreía y grababa. Ah, qué personaje, Robert.

Echo de menos muchas cosas. Por un lado quiero volver a casa y por otro no quiero abandonar este templo a mi persona que es mi apartamento, un templo donde yo soy el dios y el pontífice. Estoy disfrutando muchísimo vivir solo, no quiero pensar en cómo será la vuelta post-Erasmus...

En fin, ahí va otra entrada. Prometo que lucho fieramente contra la pereza y escribo cuando puedo. Ahora me toca sacar el potaje y zambullirme de nuevo en proyectos, reseñas de Fluidos, memorias de diseños de herramientas y más pan de cada día del ingeniero. Todo en inglés, of course, ¿de qué otra forma sería? Mi cerebro, a estas alturas, ya no sabe trabajar en otro idioma que no sea el inglés.

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